La forma tradicional a la hora de medir la eficacia de
las Tic es haciéndolo en relación a la cantidad de contenidos que aprenden los
estudiantes con relación a las materias tradicionales al emplear ordenadores o tecnologías;
pero debemos de ir más allá, planteándonos cuales son las metas educativas de
las escuelas del s.XXI, por ello, debemos de pensar que las tic están
destinadas a otros tipos de aprendizajes diferentes a los tradicionales, por
ejemplo, ser un ciudadano que se sabe manejar de manera culta y autónoma por el
ciberespacio, de expresarse en diferentes formatos, etc; con lo que concluimos
que su eficacia y eficiencia dependerá de las metas educativas que uno se
plante.
Bajo las siguientes condiciones básicas:
1.- Disponibilidad de tecnología abundante en las aulas y
los centros, esto quiere decir que haya artefactos digitales en las aulas.
2.- Que haya conectividad del aula o centro, con la red.
3.- Que haya disponibilidad de software, de material
educativo en formato digital.
4.- Que los docentes sean competentes en el uso
pedagógico de las tic. Tienen que dominar dos tipos básicos de competencia una
la competencia instrumental de la tecnología (que sepan manejar los aparatos y
el software necesario) y en segundo lugar la competencia pedagógica (que sean
competentes para organizar actividades de aprendizaje con estas tecnologías).
Mi opinión es que estas cuatro condiciones pedagógicas son
necesarias para realizar un uso adecuado y útil de las Tic en los centros ya
que debe de haber tecnología abundante
para llevar a cabo su uso, conectividad para poder utilizarlas, disponibilidad
del software y un profesor competente para desarrollarlas.
Como hemos podido observar durante estos años el modelo
educativo más adecuado para las tic es aquel en el que se desarrollen los
niños de forma activa, a través de actividades individuales, grupales, no
mediante la memorización, sino el entendimiento y la interacción.
4.
¿Cómo evaluar la eficiencia de las TIC en el entorno
educativo?
La evaluación de las tic en el entorno educativo no
debe de ser de tipo cuantitativo ya que no podemos relacionarlo, aunque
muchas veces se hace, con la cantidad de máquinas, artefactos, de tecnologías
que ha entregado a las aulas, la cantidad de profesores, de existo escolar o
rendimiento de los alumnos cuando han utilizado las tecnologías, computadoras…,
sino que debemos de evaluar la calidad que nos proporcionan las tecnologías
(el grado de satisfacción que estas nos proporcionan) y la calidad de las
experiencias que obtienen los estudiantes cuando trabajan con ellas.
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